La universidad y el oficio

Ayer, bueno o antesdeayer con este desfase horario estoy un poco perdida, estuve en La Sabana. Si la otra vez que estuve la sensación que me quedó fue de irrealidad, todo tan perfecto, tan limpio, tan bonito... ayer a esta impresión se le sumó la de ambiente de club exclusivo. Con sus jardines cuidados al milímetro, listos para jugar al golf, sus canchas de futbol, sus estanques y puentecicos de madera, su embarcadero con mesitas y sombrillas, también de madera, y los jóvenes de altísima sociedad colombiana, el futuro del país, jugando a cartas y oyendo música a todo volúmen. Vamos un ambiente que invita a todo menos a estudiar, a pesar de lo que reza el cartel de la puerta principal "zona acreditada de pensamiento", sentencia que al igual que otras muchas de esta ciudad no acabo de entender del todo y que el profesor Reyes Schloss pone totalmente en duda.
Además, en las aproximadamente cuatro horas que estuve en la universidad tuve que aguantar a cuatro personas que a mi respuesta a su pregunta sobre el tema de mi tesis, respondían explicándome, a mí!!!!!!, mi tesis, mi documentación, los archivos que debo consultar y las conclusiones que he sacado. Llevo más de una semana sintiéndome una incomprendida profesional y una suerte de Quijote luchando contra gigantes muy atrevidos, y no sólo en la universidad.